martes, abril 19, 2005

eibar

Hace un par de días me vino a la cabeza una fábula que leí hace un par de años. Si la típica fábula con forma de breve relato con intención didáctica, moraleja, y en la que aparece un animal, en este caso, un oso.Pues eso, una fábula. Se la envié a una personita a la que supongo le gustaría; pero después de releermela unas cuantas veces, y forzarme una carcajada en cada una de ellas, no podía dejar de sacarla por aquí. Supongo que alguno de vosotros la conocerá, pero también creo, que no os importará volver a recordarla. Es de a quien me gustaría llamar, mi primo Arturo.


EL OSO MARICON
No es precisamente una fábula de Esopo, pero puede valer. Y es la cosa que estos días, con el ambiente prebélico, o bélico, o el que sea a la hora de publicarse esto, he recordado la bonita historia del cazador y el oso. Cada uno asocia las cosas a su modo, claro. Y a mí me da por ahí cuando considero el papel del Gobierno español en la crisis de Irak, su alineamiento con Estados Unidos y con Gran Bretaña -esa amiga y aliada nuestra de toda la vida-, y demás parafernalia. Total, que, como les decía, la historia del cazador y el oso me ronda la testa. Así que se la cuento:
Va un cazador por el bosque proceloso, armado con su escopeta de un solo tiro. Viste en plan Rambo: camuflaje, gorro verde y demás. Nacido para matar, como dicen los lejías. Avanza así por la foresta, cauto, el arma dispuesta, cuando ve a un oso que está al pie de un árbol, roncando la siesta: un oso adulto, normal, pardo. De infantería. Al verlo, nuestro cazador se acerca de puntillas como el gato Silvestre, apunta el chopo y desde tres o cuatro metros de distancia le arrea un escopetazo. Y le falla. Al oír el tiro, el plantígrado abre un ojo, mira al cazador, abre el otro ojo, se levanta sacudiéndose las ramitas de pino y las hojas secas de la pelambre, y le dice: «Chaval, has tenido mala suerte. Soy un oso gay, o sea, maricón. Y no me gusta que me disparen a la hora de la siesta. Así que, para escarmentarte, ven aquí, que te voy a poner los pavos a la sombra». Y dicho y hecho; el oso agarra al cazador, y zaca. Lo sodomiza.
El cazador se toma el asunto con muy poca deportividad. « ¡Venganza!», grita cuando corre al pueblo más cercano, que casualmente es Eibar. Llega, entra en una armería y pide un fusil mataosos de cinco tiros. Echa atrás el cerrojo y con mano airada mete los cartuchos. Clac, clac, clac, clac, clac. Se va a enterar, piensa tomando de nuevo el camino del bosque. Se va enterar. Avanza así nuestro intrépido y vengativo cazador entre los árboles, el fusil dispuesto para la sarracina, los ojos inyectados en sangre. Y al fin divisa al oso maricón que está de espaldas, entretenido con un panal de rica miel al que da golosos lengüetazos, ajeno a la tragedia que se cierne sobre su vida, y a lo peligroso que se ha vuelto el planeta azul. El caso es que se aproxima con sumo tiento el cazador, apuntando a la osuna cabeza No quiere fallar, así que se acerca más, y más más. Está a un metro, y el oso sigue a lo suyo. Entonces, con una risa locuela, resuelto al escabeche, el cazador grita de nuevo «¡venganza!» aprieta cinco veces el gatillo. Bang, bang, bang, bang, bang. Le pega cinco tiros como cinco sartenazos al oso. Y el muy gilipollas falla los cinco. Entonces el oso se vuelve despacio, con mucha flema, y se lo queda mirando. «Hombre-dice-pero si es mi amigo el escopetero». Luego se le acerca, sonriente. «Pues ya sabes, chaval -dice-. Yo Tarzán, tú Jane. Cinco tiros son cinco ñaca-ñacas. Ven, mi vida». El cazador intenta largarse, pero el oso, que es muy ágil aunque no lo parezca, da una especie de salto de ballet y lo trinca. Luego se lo calza cinco veces, una detrás de otra. Cling, cling, cling, cling. Cling.
Imagínense ahora a ese cazador volviendo al pueblo -esta vez camina ya con cierta dificultad camino de la armería. Ese cazador que entra en la tienda gritando «venganza» como un descosido. Esa ametralladora que compra. “¿Cuántos tiros le pongo?”, pregunta el armero. «Doscientos», responde. Imagínense luego a ese cazador camino del bosque con la ametralladora colgada, poniéndose alrededor de los hombros y del cuello, con manos temblorosas por la cólera, las cintas de reluciente munición. «¡Venganza!». Y ahora imagínense ese bosque donde canta el mirlo, o lo que cante, y donde las ardillas, asustadas y tímidas en sus ramas, ven pasar al cazador con cara de jinete del Apocalipsis. «¡Venganza!», grita de nuevo el Rambo. Llega así hasta el oso; que es un oso maricón, sí, pero culto, y en ese preciso instante se encuentra leyendo una autobiografía de José María Mendiluce. Y sin más, a un palmo de su cabeza, le dispara la cinta entera. Ratatatatatat, Doscientos tiros uno detrás de otro, sin respirar. Y le falla los doscientos. Entonces el oso lo mira, chasquea la lengua, cierra el libro y se levanta despacio, como con desgana. Luego se acerca un poco más al cazador, que se ha quedado de pasta de boniato, le pasa un brazo peludo por los hombros y le pregunta, en tono de confidencia: «Venga, colega. Sé sincero... ¿Tú aquí no has venido cazar, ¿verdad?».
Arturo Pérez-Reverte
Y ahora decidme que no es buena....
Besos para todos donde quiera que estéis.

3 Comments:

Blogger Iván Payá said...

Hace unos días Pamplona, ahora Eibar... Qué es esto, un recorrido por el tercio norte de la península o qué??

Dejando de tocar los huevos, te diré que me he descojonado con el chiste. Me recuerda al del gallo follarín. Cuando os vea en persona os prometo que os lo cuento. Seguro que no os hará nada de gracia, que yo cuento muy mal los chistes, ya veréis. Soy una pena.

Besos y abrazos,

Iván

4:50 p. m.  
Blogger Miriam said...

Sí la verdad, tiene su gracia, y sí kike, me he reido mucho!!!, qué hariamos en walqa sin estas historietas del compañero y amigo kike que nos amena las mañanas de duro trabajo...
Besits

9:33 p. m.  
Blogger kike said...

Ivan, mira que lo dejo bien claro al principio, es una fábula, perdón, FABULA, uy espera, FA-BU-LA, pero vamos, si te parece un chiste...porque eres tú, aceptamos "fábula del oso maricón" como chiste XD. Oye, no sé si voy a poder esperar hasta el finde para lo del gallo follarin...así que si a vueza merced le apetece ir soltando lastre por acá, bienvingut será.
Y yo ayer me perdí el binomio :( , luego te paso lo de lola flores para q lo tengas mañana calentito para desayunar...
Miriam, duro trabajo? pero si ahí el único que hace algo, perdón, los únicos q hacen algon son ludi, j.m., y el q suscribe. El resto? nada, de nada. Pero bueno, si te sirven para amenizar un poco más las mañanas, ya buscaré más XDDDDDDDD
abrazos para todos allá donde esteis

9:49 p. m.  

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