martes, marzo 29, 2005

Diego Alatriste

Quizá sea hoy un día perfecto para que el Capitán aparezca en esta página. Sí, el Capitán, porque como él sólo hay uno. Sería muy difícil escoger un único personaje entre todos los que aparecen en las novelas de Reverte (ahora asoman por mi cabeza unos cuantos que hacen q se me pongan los pelos como escarpias). Pero el Capitán reune tantas cosas, aunque no todas buenas, que hacen que sea un personaje maravilloso. No quiero contar las novelas que lo tienen como protagonista. Tampoco hablar del Siglo de Oro, aunque así, posiblemente, se le podría entender mejor. Ni menos de sus amigos y enemigos. Todo eso lo tiene que descubrir cada uno. Saborear los lances de capa y espada al antojo de cada cual. Sentirse como él, con la toledana en la derecha, y la vizcaina, atrás a la espalda colgada del cinto, dispuesta a aparecer ("Si nos tenemos que batir, nos batimos" como diría Quevedo).

El otro día me permití escribir como empezaba El guardian entre el centeno. Hoy no puedo más que reproducir como empieza toda esta historia:
"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente".
Y eso es lo que es el Capitán, un valiente. Pero un valiente en el sentido más amplio de la palabra. Valiente para llevar sus principios hasta el fin del mundo. Valiente para saber cumplir una promesa como nadie. Valiente para demostrar su lealtad una y otra vez a sus amigos. Tantas y tantas cosas q cada día es mas difícil encotrar en la vida real...pero voto a tal, que aun existen personas capaces de remover el mundo por una idea, por un sentimiento. De creer en sus principios por encima de todo, aun cuando la perra vida no acompaña.
Desde aquí os animo a adentraros en el mundo del Capitán Alatriste, y pardiez, hacedlo antes de ver la peli q no dentro de mucho estrenarán....
No puedo despedirme hoy sin dar las gracias a dos personas: a tí, amigo, que me adentraste en este mundo y con el que he compartido tantos y tantos lances a lo largo de mi vida; y a una persona que está a miles de kilometros, pero no muy lejos de aquí, con la que descubrí todas estas cosas y muchísimas otras más.