sábado, agosto 30, 2008

blanco

No hace muchos días, volviendo de viaje y ya cerca de casa, la milicienta me paró. Un control rutinario en el que me revisaron todo el coche y todo lo que llevaba dentro. TODO. Lo más curioso fue el: "y esto? y esto? usted no puede llevar esto en el habitáculo...por esta vez lo dejamos pasar"-gracias. Un pequeño destornillador. Un pequeño destornillador que desde un pinchazo llevaba ahí. Y claro, H. me dice que la broma podrían haber sido 300 mortadelos. Anda que...

Hace días que no aparece el Sr. Arturo por aquí. Quizá hoy sea una buena ocasión:

Robin Hood no viaja en avión

Estoy loco por que pongan AVE a todas partes, Ceuta y Melilla incluidas, para no pisar más un aeropuerto en mi puta vida. Cada vez que debo subir a un avión, cosa que evito siempre que puedo, me levanto con el mal talante de cuando era pequeño y no quería ir al colegio. Los amaneceres son más grises, los días más sombríos, el trayecto en taxi se hace demasiado corto. Sólo de pensar en lo que me espera, llevo encima una mala leche espantosa. Estoy harto de controles, de incomodidades, de humillaciones en nombre de mi propia seguridad. Para quienes solemos volar sólo con equipaje de mano, disponerlo para la carrera de obstáculos que supone acceder a un avión se convierte en una pesadilla. Hace tiempo que viajo sin la navaja suiza que me acompañó toda la vida, y hasta un lápiz de plata con el que subrayo los libros me da problemas en los controles. Todo para nada, pues vivimos en un inmenso camelo: la paranoia gringa llevada al límite por una Europa cantamañanas que se lo traga todo sin rechistar. No hay mejor prueba de lo idiota del sistema que el cuchillo y el tenedor de acero que en clase ejecutiva entregan con la bandeja de la comida tras haberte despojado previamente, en el control de tierra, de las horquillas del pelo y el cortaúñas. Como si los terroristas y los malos viajaran sólo en clase turista. Hemos llegado al extremo de convertir –con la sumisión cómplice de todos nosotros convertidos en obediente rebaño– los controles de seguridad en espacios surrealistas, teatro de las situaciones más absurdas e indignas: frascos, tubos de dentífrico, cremas carísimas que van allí mismo a la basura, gente obligada a caminar descalza, fulanos que hacen cola en mangas de camisa y sujetándose los pantalones para que no se les caigan, por si pita el cinturón... A eso hay que añadir el maldito factor humano: la estólida condición de algunos empleados de seguridad y de algunos pasajeros. De vigilados y de vigilantes. Hace unos meses les contaba a ustedes lo que me ocurrió en el aeropuerto de Roma con la reproducción de un maiale –un pequeño submarino de plomo de la Segunda Guerra Mundial– y una guardia de seguridad de encefalograma plano. Pero no creo que el cociente intelectual del pasajero que el otro día pasó delante de mí el control de Barajas fuese más alto que el de aquella pava: viajaba con doscientos pendientes y aretes en las orejas y la nariz, veinte anillos con calaveras en las manos, ocho o diez collares de acero, una cadena de moto a guisa de cinturón y unas botas enormes con suela de medio palmo, llenas de herrajes, chapas y refuerzos metálicos. Y encima se mosqueó cuando le hicieron desmontar el mecano –llenó de ferretería una bandeja hasta arriba– después de que fundiera los circuitos del detector de metales. Que se puso a dar bocinazos y casi a echar humo en cuanto mi primo asomó las napias. Pero lo mejor de lo último lo presencié hace dos días en el aeropuerto de Barcelona, y les juro que parecía una encerrona de cámara oculta. Un chico joven que venía de algún país exótico traía un arco en la mano: muy bonito, artesanal. Un arco del Amazonas o de por allí. Yo iba detrás, y mientras esperaba turno en el control, observé que el vigilante de seguridad estudiaba el arco, indeciso. Luego miraba al chico, y otra vez el arco. «Esto no puedes llevarlo», dijo al cabo. El chico preguntó por qué, y el otro aclaró: «Es demasiado grande, y además es un arma». Durante quince segundos, el chico miró al otro como digiriendo la cosa. «Es un arco», dijo al fin. «Eso es» –respondió el vigilante con implacable lógica–. «Y un arco es un arma». El chico reflexionó durante otros diez segundos. «Pero no llevo flechas», repuso. Mientras yo intentaba imaginarlo secuestrando un avión al grito de «Alá Ajbar» con un arco y unas flechas, el vigilante hizo un gesto ambiguo, como diciendo: «Vete a saber lo que podrías usar como flechas». En ésas, como había mucho pasaje esperando y nos amontonábamos en el control, se acercó un guardia civil, y el vigilante le explicó el problema. La imagen del picoleto perplejo, arco en mano, meditando sobre cómo aquella arma letal podía convertirse a bordo de un avión en arma de destrucción masiva –podía dispararle un yogur caducado al piloto, concluí al fin, o estrangular a una azafata con la cuerda–, no se me olvidará mientras viva. Al cabo, movió la cabeza. «Ni tirachinas, ni arcos, ni armas arrojadizas –zanjó–. Tienes que facturarlo». El chico puso cara de angustia. «Es que mi avión sale dentro de media hora», arguyó. El guardia civil lo miró impasible. «Pues espabila», dijo. Y mientras veía al chico correr desesperado camino de los mostradores, arco en mano, pensé: mierda de tiempos. Robin Hood no podría viajar en avión.
ARTURO PÉREZ-REVERTE XLSemanal 20 de Enero de 2008
Con todo un sábado por delante. Escuchando: Waterfall- James
kike

miércoles, agosto 27, 2008

56 Kbps

Ayer tocó día de salir al recreo. Pero más que un recreo era un gran mall con calor más que insoportable. Uno de esos sitios llenos de gente sin bancos. Un espacio enorme en el que ójala se pudiera ir sin que hubiera nadie. Y nadie es nadie. Nunca me gustaron los sitios con aglomeraciones en las que no te sientes comprometido con la causa. La causa? Estuve buscándola durante unas cuantas horas y no pude encontrarla. Nada que justificara un mínimo de emoción. Pero al tema, de allí para acá toda la tarde-noche. Hola Expo de Zaragoza (equipo de intervención rápida, Parte I).

Cuatro de la tarde, Crispino al Sol, y yo de camino a la entrada. Entrada pasada. Pregunta de examen:"se vende tabaco aquí dentro?" Respuesta:"Niet" (se podría escribir una letanía entera sobre esto). Así que, entrada pasada de nuevo, pero en sentido contrario. Caña, pincho, pitis. Entrada pasada. Atravesado Pabellón Puente (¿?) y de nuevo a cubículo. Caña y a esperar para pensar plan de ataque. Y el highlight del día (Y eso que el momento: Gá--rrá--fá fue demoledor, tú no serás de...jajaja, y sin altavoz). El gotaxi se queda a años luz de esto (y eso q menudo...). Caña servida en un vaso azul. Con fluvi. Un fluvi en un vaso azul. Ondulado. Un fluvi en un vaso azul ondulado. Un fluvi en un vaso azul ondulado con cerveza dentro (digo cerveza aunq vale pa tó). Un fluvi azul, en un vaso ondulado azul, con cerveza no azul. Un fluvi azul, en vaso ondulado azul, con cerveza no azul, pero que sí te pone bien. Ponte... Leo en un cartel q es vaso de a mortadelo siempre y cuando no lo devuelvas. Y cual bicing, lo puedes cargar encima todo el día y lo vas rellenando en cubículos varios, previo pago, obviamente, del precio del contenido. "Y tengo q cargar con esto todo el día?""Y si te lo devuelvo?""Te devuelvo el mortadelo". Supongo q será para evitar que las papeleras no queden hasta arriba de vasos. Papeleras? Ah, q así nos ahorramos tb papeleras. Anda que... el Fluvi Vaso, jódelo.

Y cuánta gente pardiez. Y qué filas para entrar en los sitios. La gente está loca, o qué. Así que más que otra cosa, paseo, buscar sombras para intercambiar FV. Y esperar que pasara el tiempo. Nadie lee nada. Nadie. Podrían haber puesto textos de una tira cómica de Forges que nadie se hubiera enterado. Somos así. Vale más seguir corrientes, que pararse a pensar un rato. Y ahí que vamos.

Cuando cae el Sol mucho mejor. Muchísimo. Dejémos el resto para otro rato. Quizá haya intervención rápida, Parte II. Todo depende.

Más abajo aparecía la letra. No es normal que aparezca esto por aquí. Pero, si estás casi una mañana entera escuchando, es lo menos. Ese momento donde se escucha el sonido de mechero, y fhhhhhhh....



The beckoning of silence. Ya ni coches se escuchan. Yo y mi pepito.

kike

PS: Nunca un segundo en la vida y pequeña perspectiva de una gota dio para tanto. Y eso q verse reflejado en unas cuantas bolas mientras la gente pasa a tu alrededor tampoco está nada mal...

lunes, agosto 25, 2008

reiki

Y hoy toca día de paseo por Zaragoza. Ha tocado día de sacar de paseo a familia de ciudad de las naranjas y las paellas. Y claro, es lo q tiene. Hacer de maestro de ceremonias. Eso implica paseo por los sitios típicos de la ciudad del cachirulo y ahí q vamos. Y ya veremos qué viene después. Aunque después está claro que peli en compamía q no entiendes muy bien, xq lo q a los demás les hace jijijojo a ti no mucho, pero es lo q hay. so easy.

Primera pasada en Bodegas Almau (con sus salmueras y todo lo q acompañan) champi de rigor, y de ahí a ya en petit comité a Casa Juanico y sus erizo y Jamón con Chorreras. Pero claro, también a la Republicana (aquí suele venir Amaral, me han dicho) y de ahí vualta a champi para terminar en el típcio bar de taxistas al ladico de casa. Hola hola. C´est la vie.

Y claro, esta tarde con los pelos como escarpias escuchando esto que hacía días y días q no compartía. Y ha sido con chica adolescente con camiseta negra: hola M! Canto?

Tú harta de tanta duda, yo de preguntarle al viento, tú ¿que dónde conocí a la luna? ¿yo? ¿que en qué coños ocupo el tiempo? -En salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y ... ¡joder, que guarrada! sin tí. Voy que ni toco el suelo y espantao hasta las nubes, no sé si son tus besos o este tripi que me sube. Ya no me acuerdo de na, que todo era de colores. ¿Dónde estarán los besos? - se los han quedado las flores. Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y joder que guarrada sin tí, y al día siguiente... Y al llegar a casa me saludan: -¡oye!, ¿dónde vas cabrón?, ¿dónde te has metido? -te aseguro que no he estao de más, que no he perdido el tiempo, que lo he gastado en: Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y joder que guarrada sin tí, y al día siguiente... *Para algunos vivir es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos. Yo más humilde soy y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo, me transporte mecido hasta el siguiente* Tú harta de tanta duda, yo de preguntarle al viento, tú ¿que dónde conocí a la luna? ¿yo? ¿que en qué coños ocupo el tiempo? -En salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y ... ¡joder, que guarrada! sin tí. Voy que ni toco el suelo y espantao hasta las nubes, no sé si son tus besos o este tripi que me sube. Ya no me acuerdo de na, que todo era de colores. ¿Dónde estarán los besos? - se los han quedado las flores. Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y joder que guarrada sin tí, y al día siguiente... Y al llegar a casa me saludan: -¡oye!, ¿dónde vas cabrón?, ¿dónde te has metido? -te aseguro que no he estao de más, que no he perdido el tiempo, que lo he gastado en: Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas, hablar con la gente, llegar a la cama y joder que guarrada sin tí, y al día siguiente... *Para algunos vivir es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos. Yo más humilde soy y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo, me transporte mecido hasta el siguiente.

Te espero cuando quieras chavalilla :)

Y ahora a seguir con lección de astronomía.

kike

jueves, agosto 21, 2008

melo d'argel

Dos y media de la mañana. Calor. Pelo un poco mojado. Y eso que no he querido pasar por el barbero de este pueblo amén de seguir pareciendo Simba. Concierto a mis espaldas. Lamentabilísimos. Todo en general. Veo en el escenario un tipo danzando cual Mikel mareao, con dotes de Manolo García (¿?) y de repente un movimiento cual Greg Graffin (egggggggggggggggggggggggs!!!!!). No entendía nada. Complicado de entender. Banderola de viejos rockeros a las espaldas pero nada de nada. Y digo yo:"es Bétera". Pero no. Que se apueste por alguién de verdad. Que se apueste por un mínimo de música. Que se apueste por un poco de historia que todos los ahí presentes, raciocionio o no mediante, algún día se acuerden de lo que han visto. Y los que no se acuerden, peor para ellos: buhhhh! losers! Pero oye, el hit no canción, el hit tener a una personita a hombros :)

Y entre tanto, peli pendiente (que espero mañana tener en el mio poder). Jabón, pégame fuerte, pégame fuerte... en la oreja no please...



Ayer luna llena en Valencia.

kike

domingo, agosto 17, 2008

just is

Sentado junto a la mia hermana. Media tarde y con ojos aun pesados. Empieza una peli. De acuerdo, un par de horas entretenido, amén de los momentazos que tiene. No es la "gran" peli, pero oye, con un cantico en los dientes que me doy.
Primer momento: "haz como que estamos hablando, un poco de jijijaja, que bien nos lo estamos pasando...".
Pero al rato empieza a sonar música y se empieza a visualizar momento:




Poco más ahora. Salvo la iluminación de la sala a continuación, las manos en alto y lo que comienza a sonar.

Hay algún que otro instante más. Un papel y un lápiz.

Toca dormir y dormir.
kike

miércoles, agosto 13, 2008

al 3

Una Steinburg a mi izquierda. Las de mayores quedaron atrás, conversaciones varias mediante. Y ahora sonido de los noventa. Curioso esos momentos en los que recuerdas algo que te llegó hasta el infinito. Curioso recordar estar ahí sentado y todas aquellas cosas que te llegaron a la cabezota. Curioso y terriblemente agradable localizar esos momentos. La cuestión es la siguiente: te sientas, algo de niños por venir, y te encuentras algo q has deseado toda la vida: un parque, un banco, un paraguas y un bombín. Tan sencillo como eso, y todo junto volviendo un tiempo atrás y con unas cañas bla bla bla. Y todos de acuerdo, todos en el mismo instante, aunq lo que vio cada cual, se queda para uno mismo, por que es lo q tiene la subjetividad de las cosas. Y ahora podría mostrar el asunto, pero no. Seguro que queda en retinas varias. Y el mundo "nunca jamás" seguirá estando ahí, por los tiempos de los tiempos, amén. Y uy, esto se agranda sobremanera con una "chico" entre mis brazos.
Y siguiendo con la conversación mantenida, medio en valenciano medio en castellano "no tendrás la vida de Brian?" retomando y retomando vuelvo a las andadas, a algo que es pura esencia de los que parieron todo esto. A algo que he videado hasta el infinito. Ahí q va:




Y en esta terraza que se ha convertido en reducto de una planta roja que aparece acompañada ya en macetero grande y da un color especial a este espacio.

La cosa es que hoy toca esto por que sí. Por ese viaje en coche de vuelta a casa. Porque seguro que te acuerdas del mismo toda la vida. Choca chavalilla (q te haces mayor). Remilgos de la adolescencia.




Y aquí estem, con cielo casi rojo. Aun no han empezado los dardos a dardear. Pero pronto empezarán. Están esperando. Y daría millones por escuchar ahora esto así tal cual.



Hora de cenar. Y Venus, ante la imperceptibilidad de las cosas, corre millones. Clase de astrología mediante.

kike

lunes, agosto 11, 2008

la puerta del viento

Una pequeña clase de aerodinámica fue más que suficiente. Casi dos metros de polyester y cable hicieron el resto. Una vuelta. Dos vueltas. Ahora a deshacer lo hecho. Potencia. Mantén. Sube. Sube más. Marca la arena. Queda la arena marcada. Ahora otra vez arriba. Más potencia.


GRACIAS AMIGO.


Silencio mientras miro a mi alrededor. Tejados de un pequeño pueblito de la tierra de las naranjas. Noche muy estrellada. Silencio a mi alrededor.
kike

viernes, agosto 08, 2008

el cementerio de los barcos sin nombre

Hubo una escena. Una escena que me recordó uno de los cuadros que han aparecido en este espacio. Que una vez vi en forma de lámpara. Una mujer. Una espalda. Una curva infinita. Una ventana. E Imanol Uribe lo retrató a la perfección.
Hacía ya días que no me tiraba en el sofá y me videaba una peli de arriba a abajo. Días que han pasado desde la última vez. Suficientemente grande. Pies revolotenado.
Lei el libro hace ya unos cuantos años. Quizá la historia, amén de las aventuras, amores y desamores, y navegaciones varias, no es la mejor del mundo. Pero en su día, lo que más me gustó fue el detalle, el detalle del contar las cosas. Cómo describir el instante. Eso es algo que llevado a una peli es terriblemente complicado. Y en esta, quizá más. Sí, aparecen pantalones vaqueros, camisa y americana azul marino cruzada. Bombay Azul con tónica. Un sextante compañero de viaje. Pinceladas que no dejan apreciar la importancia que tienen dentro de una historia.
Tampoco es el mejor prota del mundo. Nada que ver con Corso. Pero eso ya son palabras mayores. Que cada uno las entienda como quieras. El libro -peli- es la Carta Esférica. Langostas verdes...ironías de la vida.
Y resulta que las estrellas además, tienen nombre. Los apellidos los pone cada uno.
kike